lunes, 5 de abril de 2010

El sexo castigado (elmundo.es navegante)

Hace unos años, en el transcurso de una noche toledana por alguno de los antros más variopintos de la ciudad de Atenas, conocí a un saudí. El susodicho llevaba un pedo de tres pares de narices y no paraba de echarle los tejos y proponer tríos, orgías y todo tipo de desahogos sexuales a cualquier ser vivo que entrara en su radio de acción visual . Eso sí, era muy simpático. http://twurl.nl/zqmmw2

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